No me juzgues por quererte,
por pensarte aquí a mi lado,
por dormitar pensando en tu risa,
por querer perderme
en los hoyuelos de tu rostro,
por admirar tu conocimiento,
por contemplar tu inteligencia,
no me juzgues por mi enamoramiento precipitado.
No me juzgues pues igual
tu eres el culpable de esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario