De repente sin previo aviso,
sin un atisbo a lo que sucederá
apareció alguien a quien no esperaba
y momentáneamente
mi bandeja de emociones se descompensó
y casualmente tú estabas ahí
justo debajo de ella
ayudándome a levantarla,
sin saber que eso era tu condena y la mía,
quedamos condenados en el momento
en el que tu y yo charlamos,
en el momento en que tu mirada me convenció
y sin saberlo guiada por un no se que continúe,
y desde entonces tu estas atrevidamente en mi pensamiento.
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